Lo primero, disculparme por la ausencia de estos últimos días. Los fines de semana suelo tener mucha actividad fuera de casa, sobre todo si vienen amigos; y más si juega mi Cebé Granada del alma, y además contra el Barcelona. Aclaro que perdimos sólo de 3 y porque uno de los árbitros miraba al mariquita del entrenador del Barça (Dusko Ivanovic) antes de pitar algo 😉 . En serio, un partidazo en el que mis Borchardt, Gianella, Martín y Udrich me gustaron mucho y se dejaron la piel. Tiembla, Barça, que nos queda la vuelta.
Y haciendo oídos sordos a la verborrea del dictador Chávez, que lo único que manifiesta es su misma estulticia; esta mañana me dediqué a ojear los diarios del fin de semana y a ponerme un poco al día. La noticia que más me ha llamado la atención ha sido el estado de la economía venezolana, al que llevo dedicando algún tiempo de lectura.
Con todo el dinero que ingresa Venezuela a causa del precio del petróleo, la tesorería ha disminuido alarmantemente de los 6.000 millones que tenía hace pocos años, a menos de 700 millones. En cuanto a las reservas internacionales, que se sitúan en torno a los 30.000 millones de dólares según fuentes oficialistas, resultan ser una falacia si se comparan con los gastos ya presupuestados. De hecho, sólo durante el mes de julio de 2006 el Ejecutivo venezolano anunció la intención de realizar gastos por un montante de 37.800 millones de dólares, cifra ya superior a las propias reservas internacionales del Banco Central de Venezuela, y equivalente a 66% de los ingresos totales esperados por Petróleos de Venezuela en el pasado año 2006, según el más reciente informe del Centro de Investigaciones Económicas (Cieca).
Lamentablemente, la libertad económica en Venezuela es inexistente. De hecho, según el índice mundial de libertad económica de 2.007, Venezuela aparece en el lugar 135 de 141 países. Y, en cuanto al ranking de competitividad económica mundial de 2007, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia se encuentran entre los países latinoamericanos menos competitivos. Además, los cuatro países retroceden de forma significativa en su clasificación respecto al año anterior. Siendo una constante el hecho de que los países más ricos son los que disponen de un mayor índice de libertad económica y de una mayor competitividad económica.
El hecho es que hay varios parámetros que anuncian el desastre al que se encamina la economía de Venezuela; después de unos años en que el incremento del precio del petróleo le ha permitido a Chávez sostener un crecimiento económico acelerado, que en los últimos tres años representó un aumento del PIB cercano al 50%, e hizo posible ampliar el gasto social y revertir el aumento de la pobreza.
En un análisis profano y rápido, éstos parámetros son:
– La fuga de capitales, ante el anuncio de los planes del gobierno de estatalizar más sectores económicos que aún estaban en el sector privado.
– El precio, inferior a los 50 dólares por barril, en los que cotiza actualmente el petróleo venezolano, hará que el gobierno tenga que recurrir a otras fuentes de ingresos para no recortar su gasto. De hecho, en ese sentido va la medida que ya anunció Chávez de aumentar el precio de la gasolina que se vende en el mercado interior venezolano.
– La inflación del año pasado superó el 17%, haciendo insostenible el control monetario de ésta variable; lo que resulta evidente porque la cotización del bolívar en el mercado negro es prácticamente el doble del tipo de cambio oficial.
– En poco tiempo habrá un ajuste en el tipo de cambio oficial (cuando se implante el bolívar fuerte), que va a repercutir en la paridad y; por tanto, hará aumentar la demanda por divisas.
La dramática pregunta que cabe hacerse ante el anucio de ruina de la economía venezolana es: ¿dónde está el dinero que ha ingresado Venezuela a causa del aumento del precio del petróleo? Es evidente que no ha sido en reservas de divisas para los años de vacas flacas, sino que Chávez ha gastado todo, e incluso más de lo que ha ingresado.
Pues desde mi modesta opinión se encuentra financiando absurdos que están pagando los venezolanos. A saber:
El Banco del Sur, con sede en Caracas; en el que participarán Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay, además de Venezuela y cuya financiación es prácticamente en su totalidad venezolana.
En la nacionalización de empresas extranjeras, que tampoco va a significar un beneficio para el país, puesto que son empresas que se quedarán sin personal cualificado para dar cobertura a los servicios que vienen prestando.
En la inversión en armamento, que Venezuela continúa aumentando para alarma de sus vecinos; y sin aparente justificación, cuando las disputas fronterizas con Colombia ya no existen, aunque uno de los receptores directos de esa importación serán las FARC, y los colombianos lo saben.
De que la economía venezolana va al precipicio, no existe a día de hoy ninguna duda. La pregunta es cómo lo hará; como no entra en la agenda del dictador dejar el poder, me temo que los venezolanos tendrán que sufrir un golpe de estado (muy difícil por el férreo control que ejerce sobre el ejército), o una guerra civil. La otra pregunta, aún más triste, es cuándo; porque puede perpetuarse como Castro y arruinar completamente al país.