Ayer nos dijo Zapatero que su legislatura había transcurrido repleta de éxitos y sólo reconocía en ella dos errores; a saber, el posible acuerdo con ETA y la gestión del AVE.
Este balance tan optimista lo ha hecho público Zapatero después de la celebración del último Consejo de Ministros del año. Pero ayer todos pensábamos cuando nos lo decía; que, en el mismo tiempo y en la misma ocasión, el año pasado nos dijo «dentro de un año estaremos mejor que hoy», refiriéndose a la actividad terrorista. Mientras, los terroristas de ETA estaban aparcando un coche-bomba en la Terminal 4 de Barajas, cuya explosión mató a dos personas.
Inevitable, después de ello, pensar que Zapatero es un optimista empedernido, o un ignorante incorregible. Y, después de escuchar ayer sus declaraciones, nadie puede albergar la más mínima duda de que en él convergen los dos calificativos. Y, por ello, voy a desmentir sus alegres afirmaciones económicas, de las que se siente tan orgulloso que califica erradamente como «éxitos».
Por ejemplo, ayer manifestó que esta legislatura ha sido la del crecimiento económico y la creación de empleo; pero los españoles en éste final de año estamos más preocupados que nunca con nuestra economía; algo que Zapatero debe conocer, ya que así se refleja en el último barómetro del CIS, que sitúa el paro como la mayor de todas las preocupaciones, mencionado por el 40%, seguido de la vivienda y de las dificultades económicas, que por vez primera entran en el tercer puesto de esta estadística. Y ya se ha anunciado una subida de la luz en enero del 3,3%, del gas natural en el 4,7% y del butano en un 5,2%.
Seguramente tampoco se acordó, al contranos las bondades económicas de su legislatura, del intento de atraco a los accionistas de ENDESA; así como tampoco mencionó el Estatuto de Cataluña, no sólo por su dudosa constitucionalidad; sino por la inviabilidad fiscal y económica que supone para España entera, amén de para la propia Cataluña. En cuanto a la Bolsa, el Ibex desmiente el optimismo económico de Zapatero, porque aunque haya subido en el 2.007, lo ha hecho en una proporción muchísimo menor que en los cuatro años anteriores. Y, sobre todo, apenas está despuntando el derrumbe del sector inmobiliario, que fué la gran estrella bursátil de los años anteriores.
Resumiendo, para no aburrir: no se refirió a que las cuentas económicas heredadas sí que eran las más saneadas de la historia democrática; con un mercado de trabajo dinámico y una inflación reducida y bajo control. Tampoco comentó nada sobre el incremento histórico del IPC, que ha supuesto un auténtico terremoto para las economías familiares que, a duras penas, lograban llegar a fin de mes tras los sucesivos aumentos del recibo de las hipotecas.
Pero, ¿porqué cacarea Zapatero sus «éxitos» económicos? Por tres mentiras urdidas durante su desastrosa legislatura económica y que resumo del excelente artículo de Roberto Centeno:
– La manipulación de los datos o sea, al haber cambiado el sistema metodológico del Instituo Nacional de Estadística para estudiar las variables, éstas resultan muy favorables a las tesis del Gobierno. Un sólo ejemplo, aunque hay más, lo constituye la Encuesta de Población Activa (EPA); a la que, en el primer trimestre de 2005, se introdujeron modificaciones esenciales en el cálculo de las variables de la misma, siendo la consecuencia fundamental que la nueva EPA contabiliza como «ocupadas» a personas que siempre se habían considerado en paro por realizar trabajos no remunerados para sus familias o de muy corta duración. Es decir, si esta última EPA se hubiera realizado con la metodología anterior a 2005, los parados actuales no serían 1.810.600 sino 2.470.600; es decir, la tasa de paro sería del 11,2 %. Por tanto, la supuesta reducción del paro durante esta legislatura es falsa.
– La sensación de éxito de nuestra economía está sustentada en una gran oleada inmigratoria, «el mayor proceso migratorio del planeta» según el INE. Y hasta un niño de primaria sabe que lo importante no es el tamaño de la tarta, sino el trozo que le toca a cada uno. Es decir, si la tarta crece pero el número de convidados crece más, el resultado es que cada vez tocamos a menos, y por tanto, cada vez estamos peor. Es decir, se acelera el PIB absoluto, a costa de reducir drásticamente el PIB por persona.
– Este Gobierno ha subido brutalmente la presión fiscal, se ha convertido en una máquina recaudadora, al aumentar la presión fiscal sobre las rentas de trabajo, sobre el consumo y sobre el ahorro de las familias. Una recaudación que empobrece aún más a las familias; pero que ha conseguido que lo recaudado llegue a su máximo histórico. Como ejemplo, el PIB por habitante en PPA, que siempre aparece en letra pequeña, y que; calculado con las cifras de población del INE (44,7 millones de habitantes) demuestra que España es el país que menos creció en 2006 de todo el mundo desarrollado. Pero, si se emplea la población real, que supera los 46 millones, España no es que sea el país que menos crece, es que incluso está retrocediendo.
Estamos a las puertas de una reacción social de imprevisibles consecuencias, porque el Gobierno de Zapatero se ha olvidado del bienestar social y económico de los españoles para centrar toda su energía y sus recursos en la Memoria Histórica, la Guerra de Irak, la batalla de los Estatutos de Autonomía o la Educación para la Ciudadanía. Y de todo esto ni comemos, ni vivimos, ni pagamos la hipoteca los españoles. Pero eso sí, él se muestra orgulloso de sus «éxitos», empezados a fraguarse en tan sólo dos tardes.