Hoy en Madrid, convocadas por el cardenal Rouco, se concentrarán en la plaza de Colón miles de familias. Evidentemente, la convocatoria es religiosa y su contenido también lo es. Por ello, va encaminada a vigorizar el mensaje cristiano en la familia. Pero es también una convocatoria dirigida a aquéllas familias no creyentes que consideran a la familia como una verdadera y milenaria realidad humana, más que como una realidad política sobre la que se pueda legislar a placer.
Demasiadas cosas han ocurrido durante ésta legislatura que han afectado en su misma raíz a ésta institución ancestral. Han significado una corrupción tal del matrimonio en nuestras leyes, que el matrimonio ha dejado de ser la unión de un hombre y de una mujer. Para los católicos, ésta es una cuestión de la mayor trascendencia moral y social. Además, éste gobierno ha legislado pensando que la unidad y la perdurabilidad familiar no son relevantes; de ahí el argumento para la aprobación del conocido como «divorcio exprés».
Igualmente, este gobierno ha considerado y determinado que la responsabilidad de los padres en la educación ética y religiosa de sus hijos, encuentra límites; toda vez que el estado la reclama para sí. Es decir, éste artificio de Educación para la Ciudadanía consiste en despojar a los padres de un derecho natural y reconocido en la mayoría de las legislaciones, para poder educar a sus hijos.
Desde mi punto de vista, cualquiera de estas causas es suficiente para que millones de familias reclamen su verdadera esencia hoy en Madrid. Todas estas causas unidas, hacen la concentración de hoy en Madrid, imprescindible.
El canto del cisne 