Hoy, más de 16 millones de venezolanos tienen ante sí un reto que determinará para bien o para mal el futuro del país. Desde cualquier país del mundo (excepto claro está, Bolivia, Cuba y alguno más en la órbita «socialista»), se mira con gran preocupación la deriva autoritaria que ha tomado el régimen del presidente Hugo Chávez.
Las condiciones de transparencia en el recuento de los votos son prácticamente nulas; haciendo que sea muy difícil, por no decir imposible, constatar la imparcialidad del resultado, ya que ni la OEA ni la Unión Europea han sido invitadas por Venezuela a observar el referendúm constitucional.
De hecho, el portavoz del Departamento de Estado de los EEUU, Sean McCormack, ha destacado la ausencia de observadores internacionales, y declaró: «Cabe destacar que no habrá observadores en el terreno, de modo que el mundo exterior no va a tener muchos datos sobre los procedimientos aplicados, no sólo el día de la votación, sino durante el recuento de los votos… Por esto, no puedo dar una opinión sobre si los resultados van a reflejar la voluntad del pueblo venezolano. Por supuesto, deseamos que sí los reflejen».
La realidad es que los cambios constitucionales que se someten hoy a la votación de los venezolanos están únicamente encaminados a la institucionalización definitiva de un régimen socialista y presidencialista, típico de todas las dictaduras comunistas. ¿Habremos de ver el mausoleo de Chávez en Caracas de la misma manera que ya he visitado el de Lenin en Moscú, el de Mao en Pekín y el de Ho Chi Minh en Hanoi?
Intentaré analizar los «pros» y los «contras» que hoy decantarán el resultado del referendúm en un sentido u otro:
– Es la primera vez en la era chavista en que, al contrario de otros referéndums (éste es el quinto de la era Chávez) y elecciones, en las que Chávez siempre aparecía como el claro ganador, algunas encuestas señalan que el presidente perderá. Este hecho, de por sí, es altamente llamativo.
– El respaldo internacional a la oposición venezolana, que está siendo mucho mayor que en cualquiera de las anteriores consultas. De especial interés resulta el comunicado suscrito por más de cien instituciones y personalidades de América Latina, España, Estados Unidos, Israel y Francia, donde advierten que que la ‘reforma constitucional no sería más que un golpe de Estado ejecutado por medios aparentemente democráticos. Pero, a pesar de todo, la oposición sigue dividida:: una parte ha exhortado a participar en el referendúm; y otra, insistiendo en la falta de garantías electorales, pide no asistir a las urnas e, incluso, «evitar» la realización de la consulta «mediante la presión de calle».
– Desgraciadamente, el único medio con el que contaba la oposición para dar a conocer su posición son los medios de comunicación. Pero, a mediados de año, el gobierno canceló la licencia a la principal cadena de televisión del país, Radio Caracas Televisión (RCTV), por considerarla «golpista». Y esta definición proviene de alguien con mucha autoridad para hablar de golpismo…
– Un gran sector estudiantil ha estado al frente de las protestas contra el referéndum. Aunque también hay que señalar que otros grupos estudiantiles se han manifestado en apoyo del presidente. Pero lo más insólito de éste referéndum es que algunos chavistas no parecen muy persuadidos con las modificaciones que quiere introducir esta reforma, especialmente en lo referente a la reelección indefinida. Igualmente, algunos alcaldes y gobernadores tampoco están de acuerdo con los cambios en la estructura administrativa del país. De hecho, el general Raúl Baduel, que hasta hace poco fue ministro de Defensa de Chávez, comparó el referéndum con un golpe de Estado.
Pero, a pesar de todo, mi convencimiento es que Chávez va a ganar el referéndum de todas, todas; porque si le faltan votos, ya los pondrá él de su cartera. ¿O no nos acordamos de su pasado golpista?
Ps.- La información del día en la página de Martha Colmenares.
El canto del cisne 