Realmente, estoy esperando que, en cualquier momento, los periodistas afines a la derecha sociológica dejen de intervenir en la vida interna de un partido que, además, no ha ganado las elecciones; y nos ilustren sobre la realidad de lo que está pasando. Es decir, la inflación galopante, el posible gobierno, y los pactos que constituirá el ganador de las elecciones, el revuelo que vive la Armada Española a cuenta del relevo de varios de sus mandos, las amenazas de Ibarretxe a Zapatero, el despliegue de aviones espía en Afganistán sin la aprobación previa del Parlamento…
Pero se ve que, por boca de ésa derecha mediática; a los españoles lo único que nos interesa es la lógica decisión de Rajoy de permanecer al frente de su partido. El PP se ha dado un plazo de reflexión y elección del liderazgo hasta el congreso de junio. La derecha mediática, espero que también, y vuelva a su misión informativa. Yo, desde luego, echo de menos intérpretes de la realidad política que se involucren según su propio compromiso, y no por sus filias y fobias personales. Y es que, los análisis políticos que se realizan desde la propaganda, siguen siendo propaganda. Hay demasiados comunicadores asentados todavía en ésta inercia.
Y, para concretar, ahí van mis ejemplos; o por lo menos, los que suelo escuchar con relativa frecuencia.
Pedro Jota es el adalid de la renovación del PP. Parece que contra el poder siempre se vive mejor, sobre todo desde que «El Mundo» se ha erigido en el representante escrito de la derecha. Su director siempre ha tenido línea directa con Moncloa, y el presidente del Gobierno atiende todas sus llamadas; y además ya no hay licencias de televisiones que repartir… Zapatero, que cómo hemos visto éstos días, está un poco más lejos de la línea editorial de «El País»; concuerda bastante mejor con las críticas moderadas que le dedica «El Mundo»; además, Zapatero celebra satisfecho cualquier crítica o reprobación que «El Mundo» hace a la gestión de Rajoy; ya que influye profundamente en el lector del diario, fundamentalmente de derechas. Y, de todos es sabido el buen entendimiento personal de que hacen gala el director del diario y Zapatero.
De otra parte, Federico Jiménez Losantos, que anda siempre pidiendo más derecha dentro del PP, no deja ver su posición con claridad: lo que escucho por la mañana en su tertulia, después lo matiza en su blog; y, realmente, no sé muy bien a qué atenerme. O será que no soy muy espabilada y no entiendo bien al inteligente comunicador, que todo puede ser. Yo creo interpretar que por la mañana, en su programa de la COPE, Losantos aboga por la renovación del PP, incluyendo a Rajoy; mientras que en su blog escribe yo no he pedido la dimisión de Rajoy y, en rigor, tampoco Pedro Jota, que ha defendido que Rajoy, intacto en lo personal aunque derrotado en lo político, debería dejar que en el próximo congreso del PP se presenten candidatos para renovar el liderazgo. Supongo que la bendición de la unidad en el PP, la no disgregación en múltiples conspiraciones, que defendía antes de las elecciones, siga siendo un argumento válido hoy; como lo era hace apenas quince días.
Lo más triste de todo esto es la imagen que, quiero pensar que sin proponerselo; están dando de sí mismos y del PP. De sí mismos porque parece o; ingenuamente se puede dejar intuir, que son los que marcan las líneas de actuacion de un partido político. Y, del partido por dejarse manipular por estos comunicadores. Esto es lo que distingue, advierte o recibe un militante del PSOE cuando escucha a ambos periodistas. Lógicamente, piensan; es mejor dejarles así: que se vayan aniquilando entre ellos mismos; y sentarse esperando ver pasar al cadáver del PP, inocentemente asesinado por mano de sus «defensores».
Esperemos que, tras las vacaciones de Semana Santa, ambos comunicadores hayan reflexionado y recuperen la tarea informativa o de investigación en la que son maestros; y dejen la gestión de otras instituciones a sus propios interesados. Creo que todos saldremos ganando.
El canto del cisne 