El debate andaluz

Anoche se enfrentaron en un debate, ésta vez cara a cara, los líderes de los dos partidos mayoritarios que concurren a las elecciones andaluzas. Chaves por el PSOE y Arenas por el PP.

Tengo que decir que Chaves me parece un personaje caduco que ya no aporta nada y Arenas tampoco es santo de mi devoción puesto que, a veces, parece que está instalado y resignado al ejercicio de la oposición.

Sin embargo, anoche Arenas fue el líder del cambio. Es muy difícil que algo cambie en Andalucía; puesto que, aunque el PSOE perdiera la mayoría absoluta, están IU y CA (Coalición Andalucista) para correr en ayuda del ganador PSOE. Pero un debate como el de anoche ilusiona y motiva.

Chaves estuvo en retaguardia, en defensa continua. No supo defender con holgura su gestión de 18 años, no hizo propuestas atractivas ni mostró la más mínima emoción. Arenas fue el que llevó continuamente la batuta, guiando el coloquio hacia donde es más fuerte, con un lenguaje más coloquial y mostrando mucho más ánimo.

Arenas realizó un debate sólido y demostrando saber lo que decía. Las alusiones al patrimonio de Chaves, al control de las cajas de ahorros o a la corrupción en Marbella desencajaron a Chaves. Arenas le recordó que Andalucía se encuentra a la cola de múltiples estadísticas económicas y sociales, a lo que Chaves le replicó que nada más fácil que moverse en un terreno puramente teórico. Pero Arenas supo llevar la iniciativa durante todo el debate; atacando con datos y cifras la gestión de los socialistas en áreas como la economía, el empleo, la educación, la sanidad o las infraestructuras.

Genial la salida de Arenas cuando dijo aquéllo de a mí, cuando era un niño, me enseñaron que un señorito era alguien que tenía mucho poder y que abusaba de ese poder y hoy, en Andalucía, el que tiene mucho poder y abusa de ese poder es el que tiene el poder político.

Chaves negó en todo momento las insinuaciones de Arenas sobre su patrimonio y sobre la corrupción marbellí (el único partido que no se ha visto implicado en ello ha sido el PP). Chaves se hizo fuerte en su preparación y en la legitimidad que le han venido dando las urnas, pero Arenas le criticó acusándole de confundir los intereses de su partido con los de la comunidad. Chaves volvió a asegurar que su preocupación son las mujeres, los pobres, los marginados, los parados, los más débiles, los mayores, las amas de casa…

Pero Arenas pinchó al final: cuando tocó hablar del Estado de las Autonomías. El debate, cómo no, volvió a mirar a Cataluña y su Estatuto. Chaves dijo que existen 40 artículos en el Estatuto catalán que son idénticos a otros tantos del andaluz y, sin embargo, no han sido recurridos por el Partido Popular ante el Tribunal Constitucional. Fue el único momento en que Chaves plantó cara a un Arenas que le superó ampliamente en todos los demás temas.