Pues así es; nunca, en 24 años, el paro había subido en más de 132.ooo personas en un sólo mes. Pero estamos seguros de que aquí no pasa nada; porque eso nos ha dicho nuestra optimista vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.
Y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirma que España está bien preparada para afrontar un período de desaceleración que, según Zapatero, vendría importado en buena medida de la crisis «subprime» procedente de Estados Unidos. Ya me extrañaba a mi que la culpa de éstos datos no la tuviera Bush, o incluso Aznar y la guerra de Iraq.
En cualquier caso, el gran crecimiento del desempleo desmiente las afirmaciones optimistas del Gobierno que señalaban, sin duda como un acto de fe, más que como un dato económico; que la industria estaba empezando a tomar el relevo de la construcción, como motor de la economía. De hecho, el paro también aumentó en el sector secundario. El paro en la industria se incrementó en 9.714 personas, lo que supone una subida del 3,4% respecto a diciembre de 2007.
Con estos datos en la mano, agravados por un descenso de las contrataciones y de las afiliaciones a la Seguridad Social, a Caldera no le quedó más remedio que admitir su gravedad. Y anunció la puesta en marcha de un programa de reactivación del mercado laboral para que los trabajadores de la construcción, ahora en las listas del INEM, puedan ser recolocados en otros sectores lo antes posible. Pero, al mismo tiempo, éste ministro se desmiente y reconoce que el 44% de los parados de la construcción tiene nulas opciones de recolocarse (a buen seguro, la tasa real es muy superior).
El PSOE, con su nula gestión económica, ha tenido que aumentar enormemente el gasto público; entre otras razones, para financiar a éstos trabajadores en paro; lo que ha conllevado un enorme aumento de la presión fiscal. En unos momentos en que la renta disponible de los individuos no es capaz de seguir el ritmo de las subidas de los tipos de interés, la reducción de la renta disponible nos acerca más que nunca al colapso financiero y a la mala asignación generalizada de recursos. El INE informa de que en el tercer trimestre de 2007 la recaudación por los impuestos sobre la renta y el patrimonio, en el caso de los hogares, y del de sociedades, en el de las empresas, aumentó un 21,4% y un 44%, respectivamente. He aquí uno de los principales responsables del ahogo financiero.
Lo peor, sin embargo, está por llegar. A ver cómo hacen las entidades de crédito para soportar en 2008 el continuo aumento de la morosidad (que se trasladará al ámbito hipotecario y al crédito al consumo), los mayores tipos de interés de la refinanciación de sus depósitos y la caída del valor de las garantías hipotecarias. A ver cómo hacemos para financiar uno de los déficits exteriores más elevados del mundo, cuando, además, no tenemos posibilidad de devaluar la moneda. A ver cómo hace Zapatero, para sufragar el enorme gasto público al que se ha comprometido en esta legislatura (lo ha aumentado más en cuatro años que el PP en ocho, tanto en términos relativos como absolutos), cuando la recaudación fiscal comience a menguar y los gastos en prestaciones de desempleo a subir (UBS espera que incurramos en déficit público en 2009).
Por cierto, que se dejen de estar todo el santo día a farolazos teológicos con los obispos. Ya está bien de agitar la cortina de humo de los supuestos desacuerdos con los obispos como otra nueva guerra de Iraq; que ya nos lo sabemos. Con la que está empezando a caer lo que tienen que pedir a los obispos es que recen, y recen y vuelvan a rezar. Amén.
Ps.- Interesantísima la lectura del artículo de Juan Ramón Rallo titulado «Que no hay crisis…»
El canto del cisne 