Y el gorila sigue…

Como seguramente no ha tenido bastante el payaso de Chávez en mostrar su más absoluta falta de educación y total carencia de una mínima cortesía; quiere seguir su demostración con declaraciones absurdas que buscan únicamente el enfrentamiento.

De hecho, ayer domingo en un vocabulario muy taurino declaró que «El Rey se puso muy bravo, pero yo soy muy torero», igualmente dijo que «será Rey, pero no me puede hacer callar» y asimismo preguntó también al Rey ¿sabía usted del golpe contra el Gobierno de Venezuela?. Y para terminar, llamó «excremento» a Rajoy. Las formas de proceder de éste individuo son groseras, de un engreimiento que causa repulsión y de una vulgaridad sin límites.

 

Pero esas formas de proceder no significarían nada, ya que acostumbra a llamar «genocida», «mentiroso» y «borracho» a George Bush cada vez que le apetece, o bautiza al ex-presidente de México, Vicente Fox, de «cachorro del Imperio«; y acusa a los sacerdotes venezolanos de llevar «al diablo debajo de la sotana». Lo más preocupante es que esas formas de proceder, tan lamentables, hasta el momento no han tenido contestación diplomática alguna por parte de España.

 

Las únicas reacciones del ejecutivo han venido de Trinidad Jiménez, que calificó el episodio como «un encontronazo» que «no es la primera vez que ocurre en el seno de las cumbres entre dos mandatarios». Y también hoy mismo, de Rubalcaba, que ha exigido a Chávez que respete al Rey y lamenta que «siga con sus cosas». Reacciones muy tibias en cualquier caso y que, desde luego, desmienten con hechos lo expresado por Zapatero en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana. De Moratinos seguimos sin saber si existe o es un holograma que nos pasan de vez en cuando para que parezca que tenemos Ministro de Exteriores.

 

Supongo ¿o quizá es mucho suponer? que la débil, errática, y prácticamente inútil diplomacia española andará calibrando las consecuencias económicas de cualquier reacción a éste incidente; con el fin de proteger dentro de lo posible las inversiones españolas en Venezuela. Pero, una vez calibradas éstas, imagino que una eventual llamada a consultas al embajador español no tendría mayores consecuencias y demostraría a los españoles y al payaso maleducado de Chávez que las palabras de Zapatero tenían un trasfondo de firmeza.

 

Seguimos esperando…